Han pasado 20 años desde que Steve Jobs subió al podium en Stanford y pronunció las palabras que definirían a millones: "Stay hungry, stay foolish". Esta semana, el Steve Jobs Archive reveló los secretos detrás de ese momento que ha sido visto 120 millones de veces.
La ironía es perfecta. Un desertor universitario hablando a graduados de una universidad élite. Los estudiantes querían a Jon Stewart como orador; Jobs no estaba entre sus favoritos. Pero a veces las mejores lecciones vienen de donde menos las esperamos.
El archivo muestra la obsesión de Jobs con cada palabra. Seis meses de notas, borradores, ansiedad. Rechazó la ayuda del equipo de Apple y las sugerencias de los estudiantes. Al final, solo él y Laurene puliendo cada frase. Porque sabía algo que muchos oradores olvidan: las palabras que perduran requieren sudor invisible.
No habló de tecnología. Habló de muerte, amor, autenticidad. De conectar puntos que solo cobran sentido mirando hacia atrás. De seguir tu corazón incluso cuando te lleve por caminos imposibles. LeBron James reprodujo el discurso antes de remontar 3-1 contra Golden State en 2016. Esa es la prueba definitiva: cuando necesitas inspiración real, recurres a verdades humanas fundamentales.
Veinte años después, "Stay hungry, stay foolish" sigue resonando porque Jobs entendió algo esencial: la tecnología cambia, pero los dilemas humanos permanecen. Su legado no son los dispositivos que creó, sino el recordatorio de que la autenticidad y la curiosidad siguen siendo nuestras herramientas más poderosas.