Dos tipos de creyentes: En el mundo de la IA, la voz más creíble es la que admite lo que no puede hacer

Código Humano Fuente original

Esta semana, en medio del ruido constante sobre IA que inunda nuestros feeds, dos voces se destacaron por razones completamente opuestas.

Dos personas hablaron de IA de maneras que no podrían ser más diferentes.

Uno construyó el autopilot de Tesla. Ve niños haciendo "vibe coding" - programando con lenguaje natural, creando apps en una tarde. Cree que todos podemos ser programadores porque la computadora finalmente entiende inglés.

Pero ese mismo ingeniero dice algo más: "Llevamos 12 años trabajando en conducción autónoma y aún no la hemos resuelto completamente."

El otro hizo un CRM en 3 días y quiere venderte cómo hacerlo.

Desde noviembre he construido cuatro apps nativas para iOS: Affirmio, Oblique Strategies, un expense tracker, Kerensensui. Veo niñas de 10 a 13 años crear cosas espectaculares en mis clases cada semana. Acompaño empresas a romper los mitos sobre expectativas infladas de quienes solo saben hacer demos. Publiqué un libro llamado "Vibe Coding sin mitos" donde enseño exactamente esto.

Y puedo confirmar ambas cosas: la IA está democratizando la programación de manera real. Y los problemas duros siguen siendo duros.

Aquí está la diferencia: mientras más ruido haces sobre la IA, menos probable es que entiendas realmente lo que hace.

Los que prometen CRMs en 3 días nunca han tenido que explicarle a un cliente por qué su "solución rápida" perdió todos sus datos.

Los que anuncian que "cualquiera puede reemplazar equipos de ingenieros" nunca han visto un sistema caerse a las 3 AM.

Los que hablan de "disrupciones brutales" nunca han tenido que dar la cara cuando la demo no funciona en producción.

El ingeniero sabe que los problemas difíciles siguen siendo difíciles, incluso con herramientas nuevas. Que hacer software real significa lidiar con autenticación, pagos, despliegues, edge cases. Que la demo funciona en una tarde, pero el producto toma semanas.

El verdadero trabajo es silencioso. Es lento. Es lleno de decisiones difíciles sobre qué automatizar y qué no. Sobre cuándo confiar en la máquina y cuándo no.

Es admitir que los problemas duros siguen siendo duros.

Pero eso no genera el ruido que necesita el algoritmo.

En un mundo lleno de ruido sobre lo que la IA puede hacer, la voz más creíble es la que admite lo que no puede hacer.

La próxima vez que veas un post prometiendo revoluciones instantáneas, pregúntate: ¿Esta persona ha construido algo que funcione en producción? ¿Ha acompañado el proceso completo, desde la idea hasta el usuario real?

Porque los que realmente están construyendo el futuro enseñan desde la experiencia.

No desde las promesas.

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