La velocidad del progreso: el futuro no se vende con miedo

Código Humano Fuente original

Esta semana fue imposible seguir el ritmo.

OpenAI compró una empresa por $6.5 mil millones. Microsoft redefinió qué significa ser un desarrollador. Google lanzó ocho mejoras de golpe. Anthropic creó un modelo que programa durante siete horas seguidas.

Todo en cinco días.

La mayoría de nosotros estamos corriendo detrás de las noticias, tratando de entender qué significa cada anuncio, cada nueva capacidad, cada promesa de futuro.

Pero aquí está lo que realmente importa:

No estamos viendo empresas competir por funcionalidades.

Estamos viendo el nacimiento de una nueva forma de trabajar, pensar y crear.

Cuando Jony Ive diseña un dispositivo sin pantalla, no está haciendo otro gadget. Está preguntándose: ¿qué pasa si la interfaz desaparece completamente?

Cuando Claude programa durante siete horas sin parar, no está siendo más rápido. Está redefiniendo qué significa la persistencia en el trabajo intelectual.

Cuando Microsoft habla de agentes que se comunican entre sí, no está mejorando software. Está imaginando un mundo donde las máquinas colaboran como equipos.

Pero en medio de todo este progreso real, algo más está pasando.

Hay una industria completa vendiendo pánico.

"Si no te subes ahora, te quedas atrás para siempre."

"Aprende IA o serás irrelevante."

"El que no se adapte, muere."

Esto es humo.

La revolución industrial no eliminó a los humanos. Los liberó de trabajo repetitivo para hacer cosas más interesantes.

La computadora personal no reemplazó a los escritores. Les dio mejores herramientas.

Internet no mató las librerías porque las personas siguieran comprando libros impresos.

El futuro no pertenece a quien aprenda más herramientas de IA.

Pertenece a quien haga mejores preguntas.

A quien resuelva problemas reales.

A quien entienda que la tecnología amplifica lo que ya eres, no te convierte en alguien diferente.

Entonces, en lugar de correr detrás de cada anuncio:

¿Qué harías si tu computadora pudiera pensar contigo durante horas sin cansarse? ¿Cómo cambiaría tu trabajo si no tuvieras que explicar el contexto cada vez? ¿Qué crearías si la interfaz fuera invisible?

La velocidad no es el punto.

La velocidad es solo la evidencia de que algo fundamental está cambiando.

¿Qué problema quieres resolver mañana? Esa pregunta vale más que mil tutoriales de herramientas que cambiarán la próxima semana.

Balance

Compartir: