El verdadero costo de la conveniencia

Código Humano Fuente original

¿Recuerdas cuando escribir una carta requería sentarse, pensar y mover la pluma con deliberada intención? Cada palabra tenía un costo: tiempo, esfuerzo, atención.

Ahora podemos producir párrafos perfectamente estructurados con solo unos clics. La barrera de entrada para "sonar inteligente" ha desaparecido.

Pero aquí está la cuestión que nadie quiere enfrentar: cuando delegamos nuestras palabras a una máquina, estamos haciendo una declaración sobre el valor que le damos a la atención de quien las recibe.

Piénsalo. Si toma 15 segundos generar un mensaje que requiere 3 minutos para ser leído y procesado, has creado un desequilibrio fundamental. Has declarado: "Mi tiempo vale más que el tuyo" sin decirlo explícitamente.

Es como organizar una cena donde tus invitados (lectores) pasaron horas arreglándose y conduciendo hasta tu casa (tu contenido), solo para servirles un plato precocinado que calentaste en el microondas (IA) mientras revisabas tu teléfono.

Las herramientas que supuestamente nos ayudan a comunicarnos mejor están erosionando silenciosamente la moneda más valiosa de la comunicación: el esfuerzo genuino.

No estamos hablando de eficiencia. Estamos hablando de respeto.

La próxima vez que estés a punto de pulsar "generar" en lugar de tomarte el tiempo para formular tus propios pensamientos, pregúntate: ¿Qué valor estoy transmitiendo realmente? ¿El mensaje que envío es el que pretendo?

A veces, el verdadero lujo no es la automatización, sino la artesanía humana de tomarse el tiempo para decir algo que realmente viene de ti.

Si quieres profundizar en esta idea, lee "If you use AI to write me that note, don't expect me to read it" de Mark Wilson. Como él dice, "using AI to write is simply poor etiquette."

Cena con amigos

Compartir: