Un desarrollador me dijo la semana pasada que no usa LLMs porque "no confía en código que no escribió él mismo."
Le pregunté si había escrito jQuery. O React. O el compilador de su lenguaje favorito.
Se quedó callado.
Porque resulta que nunca has escrito todo tu código. Siempre has dependido de abstracciones que otros construyeron. Siempre has sido responsable de entender lo que estás poniendo en producción.
Eso no cambia con las LLMs.
La diferencia es que ahora tienes un asistente que puede escribir esas funciones de utilidad aburridas mientras tú te concentras en la lógica que realmente importa. Un asistente que no se cansa de escribir validaciones. Que no necesita buscar en Stack Overflow cómo formatear fechas.
Pero sigues siendo responsable de leer lo que produce.
Y aquí está la parte interesante: si no puedes leer el código predecible y repetitivo que genera una LLM, ¿cómo estás manejando el código caótico que escriben otros humanos bajo presión?
El código de la IA es aburrido. Verbose. Explícito. No toma atajos creativos. No usa trucos obscuros que encontró en un blog a las 3 AM.
Es exactamente el tipo de código que deberías poder leer en cinco minutos y adaptar a tu estilo.
Si eso te parece difícil, el problema no es la herramienta.
El problema es que has estado evitando una parte fundamental del trabajo: leer código que otros escribieron.
Y resulta que esa habilidad es más importante ahora, no menos.
Porque el mundo está lleno de código. Y alguien tiene que entenderlo.
¿Ese alguien eres tú?