La reunión duró cuarenta y cinco minutos. El CEO asintió mientras el CTO explicaba arquitecturas, modelos y capacidades. Hubo gráficos. Hubo proyecciones.
Y sin embargo, nadie preguntó lo que realmente importa.
Porque hay tres conversaciones que no estamos teniendo. Tres preguntas que flotan en el aire de cada sala de juntas pero que nadie se atreve a formular.
La primera es sobre el control. No el control técnico, sino el humano. Cuando delegamos decisiones a sistemas que aprenden más rápido que nosotros, ¿quién decide qué decisiones estamos delegando? Tu CTO sabe que cada algoritmo que implementamos está tomando micro-decisiones que antes tomaba tu equipo. Pero ninguno de ustedes está hablando de cuáles son esas decisiones.
La segunda es sobre las personas. No sobre eficiencia o reducción de costos. Sobre qué pasa con Sarah cuando la IA escriba mejores reportes que ella. Sobre qué pasa con tu equipo de ventas cuando el chatbot cierre más deals. No es una pregunta de recursos humanos. Es una pregunta de identidad organizacional.
Y la tercera es la más incómoda.
Porque la IA que está transformando tu negocio también está transformando el de tu competencia. Amazon tiene los mismos modelos que tu startup. Tu CTO lo sabe. Pero ninguno de ustedes está preguntando: cuando todos tengamos acceso a la misma inteligencia artificial, ¿qué nos hará diferentes?
Estas no son preguntas técnicas. Son preguntas de liderazgo.
Y hasta que no las hagamos, seguiremos teniendo reuniones de cuarenta y cinco minutos que hablan de todo excepto de lo que importa.
¿Cuál de estas conversaciones vas a tener primero?