No es el ruido lo que nos está hundiendo. Es el falso confort. Alguien me envió esta mañana un "artículo revelador" sobre IA y productividad. Era tan evidentemente generado por IA que casi podía oler los servidores sobrecalentados detrás de cada frase prefabricada.
Lo triste no es que alguien use IA para escribir. Lo triste es que lo hagan mal, sin intención y luego se escondan. Más triste aún es que vendan cursos para "volverte un líder IA" cuando ellos mismos no han dominado la herramienta que promocionan.
Esta nueva forma de mediocridad se está normalizando: el "influencer" que genera miedo artificial sobre quedarse atrás, mientras él mismo apenas entiende la tecnología. Publican contenido de IA sin editar, o peor, con errores gramaticales insertados deliberadamente para "parecer humanos".
Es como servir comida microondas en platos de restaurante gourmet.
El problema no es la tecnología. Es la intención.
Cuando tu estrategia es recuperar horas para crear más contenido mediocre, has perdido antes de empezar. La verdadera innovación nunca ha sido sobre ahorrar tiempo: ha sido sobre ofrecer algo que importe.
La pregunta no es "¿cómo puedo crear más rápido?", sino "¿estoy creando algo que merezca existir?"
Las herramientas cambian. La mediocridad permanece, solo que ahora a escala industrial.
Siempre habrá quien venda mapas para un tesoro que nunca encontró.
La diferencia la marcan quienes usan estas herramientas para amplificar su voz genuina, no para fabricar una voz artificial.
Solo ellos comprenden que la velocidad nunca ha sido sustituto del valor.
El 90% de los posts sobre IA te dirán que ahorrarás 10-15 horas semanales... pero olvidan mencionar cuantas horas usarás todas tratando de corregir las alucinaciones que generaron.