Cada día, millones de personas usan software de diseño con guías precisas, reglas de alineación y herramientas que prometen perfección. Y ahora tenemos IA que puede generar variaciones "perfectas" con solo pedirlo.
¿Por qué entonces el trabajo de David Carson sigue siendo tan poderoso?
Cuando Carson dice "never snap to guides, we want your mind not your software", está señalando algo que frecuentemente olvidamos. La tecnología es solo una herramienta. Las herramientas no tienen intuición.
La nueva campaña de Converse no destaca por su perfección técnica. Destaca porque tiene una huella humana evidente — collages imperfectos, decisiones inesperadas, elementos que ningún algoritmo habría colocado ahí. Precisamente por eso nos atrae.
En este momento de obsesión colectiva con la IA generativa, es fácil caer en la trampa de pensar que el valor está en la herramienta. Que con el prompt correcto, cualquiera puede ser creativo.
Pero las herramientas no crean. Las personas crean.
La IA puede generar millones de variaciones, pero no puede sentir cuál es la correcta. No puede reconocer ese momento donde una "imperfección" se convierte en la característica más potente de un diseño.
Cuando usamos una herramienta — sea un lápiz, Photoshop o ChatGPT — lo valioso no es la herramienta sino la mente que la utiliza.
La próxima vez que te encuentres ajustando todo a las guías o pidiendo a una IA que genere el resultado "perfecto", recuerda que tu verdadero valor no está en tu habilidad para usar el software.
Está en saber cuándo romper las reglas.